La paradoja del abuelo fue una de las primeras paradojas acerca del viaje en el tiempo que se formuló y se publicó en la novela de Le voyageur imprudent (El viajero imprudente) escrita en 1943 por el escritor francés de ciencia ficción René Barjavel. No obstante, ha servido y ha sido utilizada como modelo por los actuales astrofísicos para explicar las posibles implicaciones teóricas del viaje del tiempo a los no tan expertos.

Se parte del supuesto de que una persona realiza un viaje a través del tiempo y mata al padre biológico de su padre/madre biológico (abuelo del viajero), antes de que este conozca a la abuela del viajero y puedan concebir. Entonces, el padre/madre del viajero (y por extensión, ese viajero) nunca habrá sido concebido, de tal manera que no habrá podido viajar en el tiempo; al no viajar al pasado, su abuelo entonces no es asesinado, por lo que el hipotético viajero sí es concebido; entonces sí puede viajar al pasado y asesinar a su abuelo, pero no sería concebido, y así indefinidamente.

El concepto ya había sido mencionado previamente por el escritor estadounidense Mark Twain en su novela póstuma El forastero misterioso (publicada en 1916), que a pesar de no pertenecer al género de "ciencia ficción", el argumento llega a centrarse por momentos en la infinidad de vidas alternas que podrían ser posibles de no ser por una simple acción o inacción.

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