La niebla es uno de los fenómenos meteorológicos que más afecta a la visibilidad y eso influye mucho en el transporte.

Se trata de una condensación, pequeñas gotas de agua que están en suspensión en la atmósfera y que reducen la visibilidad horizontal a menos de un kilómetro. Cuando hablamos de reducción de la visibilidad de entre 3 y 5 kilómetros se trata de neblina, que está formada por partículas un poco más pequeñas y menos densas.

La niebla se presenta como una nube de espesor y densidad variable. Su base está en contacto con la superficie terrestre y eso es lo que produce la disminución de la visibilidad. Es similar a una nube en su composición pero diferente por el modo y el lugar de formación. Las nubes se forman cuando el aire se eleva y se enfría y la niebla se forma o por enfriamiento o por un aumento del vapor de agua hasta que se llega a la saturación y a la condensación que es lo que vemos, esas partículas suspendidas en el aire.

Hay varios tipos de niebla en función de su formación. Si se forman por un aumento de vapor son las conocidas como nieblas de evaporación entre las que se encuentran las nieblas de vapor y las nieblas frontales. Esto suele pasar sobre superficies con agua como el mar, lagos, ríos.

Cuando el aire frío se mueve sobre un agua más o menos cálida se puede producir esa evaporación del agua de la superficie, ese vapor de agua se eleva y al mezclarse con el aire frío se satura y se forma la condensación.

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