La mielina es la capa que envuelve el axón de las neuronas. Está formada por células gliales especializadas, las cuales producen una cubierta protectoria, que envuelve al axón varias veces de forma concéntrica. Esta membrana es adiposa y está formada principalmente por lípidos.

Las células gliales que conforman la mielina son de dos tipos, dependiendo de dónde se encuentren las neuronas que van a cubrir. Por un lado, los oligodendrocitos, si las fibras nerviosas están en el sistema nervioso central (SNC). Y, por otro lado, las células de Schwann, si las neuronas están situadas en el sistema nervioso periférico (SNP).

Las neuronas se transmiten información entre ellas a una velocidad de vértigo… ¡360 km/h! Es por ello por lo que ni siquiera somos capaces de saber el tiempo que pasa entre que pensamos la acción que vamos a hacer y la hacemos. Y esta velocidad de transmisión es posible, gracias a las estructuras que conforman las neuronas. Y una de ellas, son las vainas de mielina.

Existen dos funciones principales de la mielina. Estas son la de brindar protección a esa parte específica de la neurona y la de aumentar la capacidad del axón para transmitir los impulsos y, por tanto, conducir la información, tiene la misión de proteger el impulso nervioso de las interferencias del medio. También la de disminuir la pérdida de corriente eléctrica y aumentar la velocidad con la que el impulso eléctrico se conduce por el axón.

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