La inmunoglobulina E (IgE) es un anticuerpo producido por el sistema inmunitario en respuesta a algún factor o agente que el organismo percibe como una amenaza. La IgE es uno de los cinco tipos de inmunoglobulinas (A, G, M, D y E). Normalmente, su concentración en sangre es muy baja.

La IgE se asocia a respuestas de tipo alérgico y en menor grado a procesos parasitarios. En las alergias el organismo reacciona exageradamente a una o varias sustancias conocidas como alérgenos que en otras personas no originan respuesta alguna.

Al quedar expuesta a un alérgeno y al percibirse este como una amenaza, una persona puede desarrollar una alergia. Entre los alérgenos se incluyen el polen, cacahuetes, huevos, frambuesas, veneno de abeja y centenares de otras sustancias. En la primera exposición al alérgeno, conocida como sensibilización, la persona alérgica produce IgE dirigida específicamente frente al alérgeno en cuestión.

La IgE se une a un tipo de leucocitos especializados de tal manera que se favorece la liberación de diversas sustancias, entre las cuales la histamina. En individuos alérgicos o asmáticos, esta reacción puede asociarse a constricción de los bronquios pulmonares. Las sustancias liberadas también son las responsables de la congestión nasal, del picor en los ojos y del picor en la piel propios de esta situación.

Con la prueba de la IgE se mide la cantidad total de IgE en sangre y no la cantidad de IgE específica de cada alérgeno.

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