Haplodiploidía es el nombre que se da al sistema de determinación del sexo de los hormigas, abejas y avispas, algunos escarabajos, ácaros, hemípteros e insectos escamas.

En este sistema el sexo está determinado por el número de juegos de cromosomas que un individuo recibe. El individuo que nace de la combinación de un esperma y un óvulo es una hembra, en cambio un huevo no fertilizado resulta en un macho (haploide) y tiene la mitad del número de cromosomas que la hembra.

La hembra es diploide, tiene dos juegos de cromosomas. Este sistema crea una serie de peculiaridades: un macho no tiene padre y no puede tener hijos de sexo masculino, pero sí tiene abuelo y puede tener nietos. Su patrimonio es pasado solamente a las hijas y por intermedio de ellas a las generaciones subsiguientes.

El sistema haplodiploide de determinación del sexo fue descubierto en la abeja melífera en 1845 por Jan Dzierżony (apicultor polaco) es donde ha sido mejor estudiado y ha creado las posibilidades de eusocialidad (nivel más alto de organización social que se da en ciertos animales).

Los machos reciben todo su material genético de la reina madre, es decir que no tienen padre. Las hembras tienen 32 cromosomas y los machos sólo 16.Todos los espermatozoides son genéticamente idénticos a menos que ocurra una mutación. Las hembras, tanto las obreras como las reinas reciben la mitad de sus cromosomas de la madre y la otra mitad del padre.

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