En griego, la palabra gefura (γέφῡρᾰ) significa “puente” y “fobos” (φόβος) miedo. Por tanto, “gefirofobia” designa el miedo a los puentes. Tal como ocurre con otras fobias, para ser considerada así debe tratarse de un miedo irracional y provocar un malestar clínicamente significativo que no se justifica por los códigos culturales donde se presenta.

Entonces, la persona evitará a toda costa las rutas que impliquen atravesar puentes, sobre todo si son grandes, altos, y debe cruzarlos en automóvil. Pero, expuesta a una situación insoslayable; la persona puede experimentar las manifestaciones típicas de las fobias específicas o espectro de respuesta fisiológica característico de la ansiedad: mareos, agitación, hiperventilación, ritmo cardíaco acelerado, e incluso ataques de pánico.

Se caracteriza por ideas o pensamientos asociados a la caída del o desde los puentes. Dichos pensamientos pueden deberse a una experiencia previa de peligro asociado al puente; o estar relacionados con haber sido testigos de un incidente de alto riesgo en ellos, ya sea de manera presencial o de manera indirecta a través de prensa, cine etc.

Para algunos psiquiatras se encontraría ligada a la acrofobia (miedo a las alturas) y a la agorafobia (miedo a los espacios abiertos).

La psicología clínica cuenta con herramientas distintas para trabajar la gefirofobia: equipos de asistencia que acompañan a los conductores mientras atraviesan el puente,Terapia conductual, etc

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