En matemáticas, la sucesión o serie de Fibonacci es la siguiente sucesión infinita de números naturales: La sucesión comienza con los números 0 y 1;​ a partir de estos, «cada término es la suma de los dos anteriores», es la relación de recurrencia que la define.

Hace referencia a la secuencia ordenada de números descrita por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144… A cada uno de los elementos de la serie se le conoce con el nombre de número de Fibonacci.

Resulta sorprendente que una construcción matemática como esta aparezca recurrentemente en la naturaleza. La distribución de las hojas alrededor del tallo, la reproducción de los conejos o la disposición de las semillas en numerosas flores y frutos se produce siguiendo secuencias basadas exclusivamente en estos números o secuencias.

A una escala mucho mayor, los brazos en espiral de las galaxias también se acomodan según los números de Fibonacci. Sin dudas, es sorprendente la relación que existe entre la matemática y la naturaleza, pero no se trata en absoluto de una casualidad.

El número de espirales que pueden verse en numerosas variedades de flores y frutos también se ajusta a parejas consecutivas de términos de esta sucesión. El ejemplo más frecuentemente citado es el de la flor del girasol, cuya gran mayoría posee 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144 respectivamente (55+89=144+89=233+144=377...) y siempre formando un espiral.

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