La región del Sahel hace referencia a las áreas africanas a orillas del desierto del Sáhara; una franja de tierra muy extensa, en la que es difícil incluso concretar qué países lo forman, pues no hay un consenso común internacional respecto a esta cuestión. De hecho, atendiendo a su significado en árabe (“costa”), esta región abarcaría una franja recta desde Senegal hasta Etiopía, agrupando bajo el nombre de Sahel a numerosos países con características completamente diferentes.

Con un área total de 3,053,200 kilómetros cuadrados, la franja del Sahel, como se le conoce, se extiende por 10 países: Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Etiopía y Eritrea.

La franja del Sahel es una de las zonas del mundo más afectadas por el calentamiento global. A esto hay que sumarle la presencia, a lo largo y ancho de ella, de innumerables grupos armados muy violentos que persiguen diversos objetivos, lo cual la convierte también en una de las regiones más militarizadas del planeta.

La combinación devastadora de conflictos armados y crisis climáticas está aumentando en gran medida los niveles de pobreza en la región del Sahel. Este territorio se ha visto gravemente afectado por el terrorismo debido a la falta de gobernabilidad, provocando la proliferación de golpes de Estado y la expansión de grupos extremistas. Como consecuencia, se ha creado un entorno propicio para la corrupción y la violencia.

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