Si partimos de la etimología de la palabra escalivada, que viene del verbo escalivar, que en catalán quiere decir asar en el rescoldo (caliu) sería lícito llamar de esta forma cualquier alimento cocido entre los rescoldos.

Su origen en las comunidades rurales de regiones españolas como Cataluña, Comunidad de Valencia, Región de Murcia y algunas zonas del Bajo Aragón se remonta a tiempos inmemoriales. Pero es la cocina catalana la que se atribuye el derecho de paternidad de esta receta, aunque con otras variantes, las que incluyen además de ajos, berenjenas, cebollas y papas o patatas, otros dos productos también americanos, el tomate y el pimiento.

Las escalivadas tienen múltiples aplicaciones, desde consumirse como una ensalada de primer plato, hasta usarse como guarnición con el pez bonito o sarda (de la familia de los Scombridae) a la plancha. Condimentadas con comino, orégano, albahaca, menta, tomillo, cardamomo o cilantro.

Quizás la receta o el vocablo más antiguo sea la del Almodrote (ya casi olvidado), vigente en la cocina española hasta el siglo XVII, que puede encontrarse en la cultura sefardí. Se aliña con sal, aceite de oliva crudo y limón o vinagre.

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