El término epífora (del griego epi «sobre», fora «que lleva») se aplica en oftalmología para nombrar al rebosamiento de lágrimas que se acumulan por dificultad en su drenaje.

El lagrimeo excesivo puede producir una sensación de ojos acuosos o hacer que las lágrimas corran por las mejillas (epífora).

Las lágrimas se producen en la glándula lagrimal y drenan a través de los puntos superiores e inferiores en los canalículos y luego en el sacro lagrimal y el conducto naso lagrimal.

Las causas más frecuentes de lagrimeo son la Infección Respiratoria alta, la Rinitis Alérgica Crónica, la Conjuntivitis alérgica y la Triquiasis (una mala alineación anatómica de las pestañas por la que éstas rozan contra el globo ocular en un paciente).

Se deben evaluar síntomas de posibles causas que incluyen prurito, rinorrea o estornudos (sobre todo cuando ocurren de forma incesante o después de la exposición a alérgenos potenciales específicos como una reacción alérgica). El tratamiento es muy variado, pues depende de la causa. Si se debe a una obstrucción de la vía lagrimal, las opciones de tratamiento irán desde el sondaje hasta la cirugía con técnicas como la dacriocistorrinostomía.

Cuando la epífora se debe a una malposición de los párpados, el oftalmólogo valorará la posibilidad de corrección quirúrgica.

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