Esta fobia normalmente se restringe a las gallinas y pollos vivos, pero algunas veces puede extenderse a los huevos o bien a los pollos ya cocidos.

Muchas veces, personas con esta fobia creen que los pollos no son benignos, sino conspirativos y dispuestos a atacar al hombre, teniendo siempre un ojo sobre ti al estar cerca de ellos.

Los síntomas de fobias específicas varían de persona a persona. En algunas personas, una fobia puede causar temor o malestar leve. Para otros, puede implicar ataques de pánico debilitantes. Los síntomas de la alektorofobia ocurren cuando se expone a los pollos o cuando sólo se piensa en ellos

Dependiendo del entorno diario, la alektorofobia puede impactar en su día a día y causar angustia significativa.

La alektorofobia no es una fobia común, pero aquellos que son impactados por ella tienden a haber tenido una experiencia traumática con aves emplumadas.

Naturalmente, la mayoría de los individuos fóbicos nunca nacen con el miedo; sólo lo aprenden debido a ciertas experiencias en eventos sociales o durante los días de escuela.

Una persona puede mostrar signos de ansiedad antes de visitar una granja. Para otros, incluso la imagen mental de un ave emplumada es suficiente para causar un ataque de pánico.

La mayoría de los que sufren de alektorofobia harán todo lo posible para evitar el encuentro con los pollos.

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