La deforestación es un fenómeno de reducción de la superficie forestal. Causada por muchos factores que pueden ser humanos o naturales con consecuencias negativas para el medio ambiente.

Entre los factores naturales se encuentran: los incendios forestales que destruyen los bosques, la biodiversidad eliminando cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera, las enfermedades que afectan a los árboles y los parásitos.

Los factores humanos incluyen: agricultura, construcción de infraestructuras, actividades mineras, urbanización, la tala de árboles sin control y el desarrollo de tierras.

Los bosques desempeñan el papel de ser los pulmones de la tierra y son reservas de la biodiversidad, mitigan los efectos negativos del calentamiento global al ser sumideros de carbono, capturan y almacenan el CO2 en la atmósfera y sirven de hábitat natural para muchas especies.

Según la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2020 de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), desde 1990 se han perdido 420 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo debido a la deforestación.

Existen tres consecuencias de la deforestación que son: pérdida de la biodiversidad, degradación de los suelos y el calentamiento global. Es un fenómeno mundial, cada año millones de hectáreas de bosques desaparecen para convertirse en plantaciones de palma aceitera (presente en casi todos nuestros productos), pastos para el ganado, cultivos de soja, etc.

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