Es el miedo irracional y enfermizo al desorden, o a mínimos detalles de falta de prolijidad. Es un miedo a los espacios u objetos desordenados, por supuesto de manera excesiva y sin ser razonable.

Las causas pueden variar por la historia que arrastra cada persona que lo sufre pero la más común estarían correlacionadas al tipo situaciones que han marcado negativamente a la persona y ante esto su respuesta instintiva está íntimamente ligada al sentido de supervivencia ante circunstancias similares.

Los síntomas, es decir cómo se comporta la persona ante algo desordenado, puede ser consciente o inconsciente, y puede ser de diferentes órdenes, física, cognitiva, o que no estén en su lugar, o evitar o escapar a espacios desordenados. También pueden verse confundidos, sentir vértigo y náuseas, sudor frío, desconcentración y hasta actitudes agresivas para defenderse.

Las personas que sufren de esta fobia experimentan ataques de ansiedad, cuando no consiguen que los elementos estén acomodados a su manera, por eso no dejan que otros se acerquen a sus cosas personales. También suelen creer que ninguna otra persona puede ser tan organizada como ellos, entonces ellos mismos todas sus cosas. Va más allá que el desorden físico, como una habitación desordenada, sino que también afecta elementos funcionales, por ejemplo el desorden de la agenda personal o de la organización de una actividad.

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