El síndrome del arca de Noé, fue descrito por primera vez en 1981, cuando Dooly Worth y Alan Beck investigaron en New York a 31 individuos que poseían una cantidad anormal de animales. Estas personas tenían, aproximadamente, 34 gatos y 23 perros por casa. La mayoría de ellos eran de clase socioeconómica baja y vivían con los animales en condiciones insalubres.

Es un comportamiento de acumulación compulsiva de animales, que no se ha asociado a ningún trastorno psiquiátrico específico, puede estar relacionado con desórdenes obsesivos-compulsivos, con delirio focal o incluso demencia, los acaparadores tienden a no mostrar comprensión en relación con las malas condiciones en las que se mantienen a los animales.

En la mayoría de las ocasiones, los acumuladores sienten la necesidad de conseguir más animales, aunque reconozcan que esta situación les causará problemas económicos, emocionales y físicos, pero simplemente son incapaces de controlarse a sí mismos.

Los acaparadores se caracterizaban por ser hombres y mujeres ancianos, socialmente aislados y que tendían a acaparar una sola especie.

El síndrome es además de un problema de salud mental y de salud pública porque el acaparador no proporciona a los animales comida, agua, saneamiento y atención veterinaria adecuados. La consecuencia es que estas acciones suelen infligir en los animales un estado de desnutrición, traumas psíquicos, enfermedades contagiosas, problemas digestivos y comportamientos agresivos e impredecibles.

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