Prosciutto es el término con el que se designa en Italia al jamón, generalmente al crudo o curado, también llamado prosciutto crudo, diferenciándolo del cotto, que es el jamón cocido.

Se trata de un jamón de cerdos de raza blanca, presentado sin pezuña y deshuesado que ha realizado una curación en bodega tras pasar sus primeras horas en cámara frigorífica y realizar un salado parecido al del serrano. El proceso de fabricación puede llevar entre 9 meses y 2 años, dependiendo del tamaño del jamón. Posee una corona ducal de cinco puntas como emblema. Cuenta con un ligero sabor a nuez debido al suero del queso parmesano que a veces se añade a la alimentación de los cerdos.

El prosciutto crudo cortado se sirve a menudo en la cocina italiana como antipasto (entrante), envuelto en grissini (palillo de pan) o, especialmente en verano, melón verde o cantaloupe. Se toma como acompañamiento de platos de verdura de primavera, como espárragos o guisantes. Puede incluirse en una salsa de pasta simple hecha con nata, o en plato toscano de tagliatelle y verdura. Se usa en rellenos para otras carnes, como la ternera, como envoltura para filetes, en un pan relleno o sobre pizzas.

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