El mimetismo es la habilidad que tienen ciertos seres vivos para asemejarse superficialmente a otros, con los que carecen de todo vínculo taxonómico o evolutivo.

El objetivo del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta.​ Los casos más conocidos afectan a la percepción visual, pero también hay ejemplos de mimetismo auditivo, olfativo, eléctrico o táctil o una combinación de estos.

El mimetismo es una estrategia común entre los seres vivos, tanto animales como vegetales, que les permite evitar a sus depredadores, o maximizar sus estrategias de reproducción, disimulando su verdadera naturaleza.

Como todas las demás estrategias de competencia biológica, el mimetismo es fruto de las presiones selectivas de la evolución conjunta de distintas especies.

El objetivo del mimetismo puede ser la cripsis (camuflaje) pero, aunque muchos de los mejores ejemplos lo son a la vez de ambos fenómenos, no deben confundirse ambos conceptos. La diferencia radica en que en el mimetismo un ser vivo se asemeja a otros de su entorno y en la cripsis el ser vivo se asemeja al propio entorno donde vive. Ambos sirven para asegurar su supervivencia.

Probablemente el ejemplo más popular es el del camaleón, cuyos colores de la piel cambian según el entorno donde se desplace. Aunque algunos científicos consideran que no es un verdadero mimetismo sino una coloración críptica.

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