El mal del desembarco es una condición otoneurológica que se presenta después de un viaje en vehículo (usualmente barcos o aviones ),en condiciones de movimiento pasivo continuo (estar en el oleaje del mar) o como síntoma acompañante a enfermedades que causan vertigo y que condiciona a la sensación de movimiento perpetuo de tipo penduleo, causando mareo, sensación de inestabilidad y malestar general de forma continua que se acentúa cuando se está en lugares cerrados.

El mal de desembarco ocurre cuando el sistema del equilibrio se ha adaptado un movimiento no familiar, por ejemplo de un barco, y al descender a tierra no se readapta a la ausencia de dicho movimiento.

Puede durar días, meses o inclusive años. No hay acuerdos sobre los exactos mecanismos fisiopatológicos que lo generarían.

Los síntomas incluyen inestabilidad, desequilibrio, ansiedad, dificultad para la concentración e inseguridad para la marcha y las actividades de la vida cotidiana. Los síntomas comienzan inmediatamente después del desembarque.

Los síntomas se incrementan por el estrés, falta de sueño, ruidos, luces intermitentes, aglutinamiento de gente, movimientos intempestivos o rápidos, lugares cerrados o exceso de trabajo

Cuando no está identificado suele ser confundido con una causa de vértigo crónico. Su diagnóstico y tratamiento es fundamental ya que puede cronificarse por meses a años.

No hay un tratamiento estándar para eliminar el mareo y desequilibrio causado por este síndrome.

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