El "kumis" es un producto lácteo fermentado elaborado tradicionalmente con leche de yegua o de burra. Esta bebida sigue siendo importante para los pueblos de las estepas de Asia Central, de origen túrquico y mongol: kazajos, bashkires, kalmyks, kirguises, mongoles y yakutos. Históricamente, también consumían kumis los jurchens, los húngaros y los chinos han del norte de China.

En la producción moderna controlada, la fermentación inicial dura de dos a cinco horas a una temperatura de unos 27 °C; puede ir seguida de un periodo de envejecimiento más frío. El producto final contiene entre 0,7 y 2,5% de alcohol.

El kumis suele servirse frío o refrigerado. Tradicionalmente, se bebe a sorbos en pequeñas tazas o platillos sin asa y con forma de cuenco, llamados "piyala".

Ordeñar una yegua es más difícil que una vaca y produce mucha menos leche. Además, las yeguas no se pueden ordeñar de forma continua, sino solo unos meses después del nacimiento de los potros. La ubre de las yeguas tiene menos capacidad que el de la vaca, por lo que se llena rápidamente. Las yeguas se deben ordeñar de 6 a 8 veces al día.

La leche de yegua contiene más lactosa, más albúmina, más ácidos grasos insaturados y menos proteína y grasa (2% a 2,2%) que la leche de otros animales, por lo que es de fácil digestión.

El kumis de óptima calidad presenta un sabor ácido no muy fuerte y un aroma fresco característico para el producto. Su textura es más espesa que la de la leche, lisa, sin grumos.

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