El jibión es una estructura interna dura, quebradiza y ligera propia de todos los miembros del orden Sepiida, conocidos comúnmente como jibias o sepias.

El jibión está compuesto principalmente de carbonato cálcico. Está llena de pequeños espacios y gas que sirve para controlar la flotabilidad del animal. La estructura microscópica de la sepia consiste en capas estrechas conectadas por numerosos pilares verticales.

Dependiendo de la especie, los huesos de sepia implosionan a una profundidad de entre 200 y 600 metros. Debido a esta limitación, la mayoría de las especies de sepias viven en el fondo marino en aguas poco profundas, normalmente en la plataforma continental.

El jibión más grande corresponde a la Sepia apama, nativa de la costa sudeste de Australia, donde vive entre la superficie y una profundidad máxima de 100 metros.

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