El efecto Magnus es un descubrimiento del físico y químico alemán Heinrich Gustav Magnus (1802-1870), describiéndolo por primera vez en 1853. Se denomina así al fenómeno físico por el que la rotación de un objeto afecta a la trayectoria del mismo a través de un fluido, como el aire, por ejemplo. Es una propiedad importante a tomar en cuenta en deportes donde una pelota se desplaza por el aire como el béisbol, el fútbol, el golf o el tenis. A este fenómeno se le denomina «efecto» y muchos son los jugadores que han sabido explotar este comportamiento de la pelota para desconcertar a sus contrincantes.

Cuando un objeto está sometido al efecto llamado Magnus, su rotación ocasiona un aumento de la velocidad del aire (y una disminución de su presión) por un lado, y una disminución de esta velocidad (con un aumento de la presión) por otro lado del objeto. Esta diferencia de presión desvía la trayectoria del objeto, lo que la hace utilizable en los sistemas de propulsión de transportes.

Sus efectos han dado lugar a algunos proyectos realmente ambiciosos que han proporcionado fantásticas mejoras en la eficiencia del combustible o nuevas formas de transporte. El rotor de Flettner, por ejemplo, sirve de propulsión para numerosos de barcos de alta mar.

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