¿Qué eran las vestales en la antigua Roma?
Aún siendo hija de Rea y Chronos, la diosa Vesta no tenía un papel muy relevante en el Olimpo de los dioses romanos, pero a diferencia de otros, en lo cotidiano su rol era imprescindible. Era la diosa del fuego y de la chimenea familiar.
Las guardianas de este fuego sagrado, sus sacerdotisa, las Vírgenes Vestales, eran sacerdotisas públicas y, en tanto que tales, constituían una excepción en el mundo sacerdotal romano, que estaba casi por entero compuesto de hombres.
Estaban liberadas de las obligaciones sociales habituales de casarse y tener hijos, y tenían voto de castidad para dedicarse expresamente al estudio y correcta observancia de los rituales estatales que no podían efectuar los colegios sacerdotales masculinos.
Su principal cometido era el de proteger el fuego eterno. Si se apagaba, era señal inequívoca de que una vestal no era virgen. Ello significaba peligro para Roma, y el castigo era ser enterrada viva (pues la causa era haber perdido la virginidad).
Otra de las tareas de las vestales era la de mezclar el grano y la sal en el pan utilizado en los sacrificios públicos (el pan, mola salsa, esparcido sobre el altar de los sacrificios y quemado en el fuego, nos da nuestra «inmolación»).
El servicio como vestal duraba treinta años, diez de los cuales estaban dedicados al aprendizaje, diez al servicio propiamente dicho y diez a la instrucción de nuevas vestales. Las vestales fueron disueltas por el emperador Teodosio el Grande en el año 394.
Más información:
es.wikipedia.org
ANUNCIO