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¿Qué era Xibalbá para los Mayas?
En la mitología maya, Xibalbá o Xib'alb'a (en quiché: Xibalbá, ‘Lugar oculto’‘xibil, ocultar’), es el nombre del inframundo, el mundo subterráneo regido por las divinidades de la enfermedad y de la muerte: Hun-Camé y Vucub-Camé.
Los mayas creían en una especie de Inframundo llamado Xibalbá a donde viajaban los hombres al morir, un mundo tenebroso y sumido en las tinieblas, muy semejante al infierno cristiano, donde se encontraban con extrañas y aterradoras criaturas que los llenaban de horror.
Los Señores de Xibalbá, coexistían en una civilización en las entrañas de la tierra. Su apariencia era cadavérica y oscura, eran el polo opuesto a la vida y fungían como el equilibrio entre el mundo de los vivos y los muertos.
La entrada al pasaje oscuro e infernal se hacía a través de los cientos de cenotes que se hallan dispersos por todo el sureste mexicano y que conducen a una laberíntica red de profundidades de aguas turquesas que hoy son patrimonio natural de México.
El Popol Vuh describe los diferentes niveles del Xibalbá:
Casa oscura, rodeada por completo de tinieblas.
Casa del frío, donde un viento gélido llenaba cada rincón de su interior.
Casa de los jaguares, repleta de salvajes jaguares que iban de un extremo a otro.
Casa de los murciélagos, atestada de murciélagos que llenaban de chillidos la casa.
Casa de los cuchillos, en donde no había más que navajas afiladas y peligrosas.
Casa del calor, donde sólo había brasas, fuego, llamas y sufrimiento.
Más información:
es.m.wikipedia.org
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