Un Ayllu era un conjunto de famílias unidas por ciertos vínculos, descendientes de un antepasado común mítico y vivián en un lugar establecido.

Conformaban un grupo de población cuyos habitantes estaban ubicados en la zonas andinas de Sud América, como costas, selvas o altiplanos.

Trabajaban para un bien común, para bien de su comunidad y los excedentes producidos los mandaban a otros ayllus.

Estaban organizados en jerarquías y tenían una divinidad tutelar. Toda la administracion política, económica, militar y religiosas estaban a cargo del Curaca. Esta persona era el descendiente del fundador de la família. Entre ellos habían jerarquías, algunos eran capataces que supervisaban a otros.

Cuando se unía en matrimonio una pareja, todos participaban en la construcción de su vivienda, rara vez se les permitía abandonar su tierra.

Los incas incorporaron en su organización imperial, este sistema de reciprocidad de los ayllus, otorgandoles tierras de acuerdo al número de sus miembros, los cuales trabajaban en forma colectiva sin llegar a ser dueños.

En retribución por recibir estas tierras el Estado y los curacas recibián parte de la producción que se almacenaban en los depósitos reales, se contabilizaba para luego ser distribuido según las necesidades a otros ayllus.

Se destinaba una parte también a los gastos militares y mantenimiento de grupos privilegiados. Los campesinos trabajaban además en las tierras del sol destinadas al culto de los incas y nobles.

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