A mediados del siglo XVI, en Francia, la lengua oficial era el latín. El francés se consideraba uno más de los dialectos que existían en la región. Por esta y otras razones, siete poetas humanistas tomaron los modelos clásicos (griegos y latinos) para defender, estandarizar y enriquecer la lengua francesa.

En 1549, Joachim du Bellay publicó un manifiesto titulado La defensa e ilustración de la lengua francesa. Poco después, en 1553, estos humanistas tomaron el nombre de La Pléyade en honor a las siete estrellas del cielo y a un grupo de poetas griegos que en el siglo iii a.C. se llamó igual.

Los poetas de La Pléyade dejaron el pie y tomaron la sílaba como unidad de medida de los versos; se inspiraron en Petrarca (aunque modificaron la disposición de sus rimas); trabajaron formas poéticas como el verso alejandrino, el soneto, el himno y la oda, entre otras novedades, y abordaron los temas del amor femenino, la muerte, el paso del tiempo y la naturaleza que los rodea.

Al principio, esta constelación de siete estrellas literarias estuvo formada por Pierre de Ronsard, Joachim Du Bellay, Étienne Jodelle, Rémy Belleau, Jean-Antoine de Baïf, Jacques Peletier y Pontus de Tyard.

También se consideran miembros del grupo en algún momento Guillaume des Autels, Jacques Pelletier du Mans y Jean de la Péruse.

En Francia, durante mucho tiempo, el decasílabo fue muy importante. A partir de La Pléyade, este tipo de verso fue remplazado por el alejandrino.

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