La Cloaca Máxima era una de las más antiguas redes de alcantarillado del mundo, significa literalmente "La Alcantarilla Mayor". Construida en la Antigua Roma con el fin de drenar los pantanos locales y eliminar los desperdicios de una de las ciudades más pobladas del mundo antiguo, llevaba un efluente hacia el río Tíber, el cual corría a la par de la ciudad. Fue una de las primeras grandes obras de urbanización.

La Cloaca Máxima fue construida a finales del siglo VI a. C. en tiempo de los últimos reyes de Roma, originariamente como un canal a cielo abierto; en particular el rey que oficializó la construcción fue Tarquinio Prisco. Con el tiempo, los romanos cubrieron el canal y lo transformaron en una red de alcantarillado para la ciudad.

Esta obra pública fue mayormente lograda gracias a la dirección de ingenieros etruscos y al trabajo semiforzoso de grandes cantidades de obreros provenientes de las clases más pobres de la ciudadanía romana. Se benefició de la experiencia desarrollada por la ingeniería etrusca con el uso del arco de medio punto que la hacía muy estable y duradera en el tiempo.

El sistema de alcantarillado romano fue muy imitado en todo el Imperio romano, especialmente cuando se combinaba con generoso aprovisionamiento de agua a través de acueductos. El sistema de alcantarillado de Eboracum—la actual ciudad inglesa de York—fue especialmente impresionante y parte de ella aún se conserva hoy en día.

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