El Sanedrín era la asamblea o consejo de ancianos del pueblo de Israel. Estaba compuesto por un mínimo de 23 jueces y un máximo de 71.

Era de hecho, la Corte Suprema de la ley judía cuya misión era administrar justicia interpretando y aplicando el Torah, la ley sagrada. Era competente en asuntos religiosos, penales y civiles.

De acuerdo a los juristas como Luis Joaquín Garrigues, el Sanedrín era uno de los sistemas judiciales más perfectos que ha conocido la humanidad. También de los menos comprendidos, como lo prueba el hecho de que se diga que Jesucristo, en su juicio, no dispuso de abogado defensor.

Las funciones de la defensa, al igual que la de la acusación, estaba integrada en el propio Sanedrín. Los jueces se repartían ambas funciones siguiendo reglas severas.

Los que ejercían de defensores del acusado no podían pasarse al bando de los acusadores durante el juicio. Mientras que los acusadores si se podían convertir en defensores si cambiaban de opinión.

Para absolver al acusado se requería mayoría simple, es decir, 36 jueces, y la sentencia se pronunciaba al final del juicio. Si la sentencia era condenatoria, se requerían 37 jueces.

El Talmud, el libro sagrado de los judíos, disponía que en el caso de que el Sanedrín condenara al inculpado por unanimidad, este debería ser puesto en libertad. Esto se explica por qué no se ha respetado las garantías que deben rodear el enjuiciamiento y durante la noche de reflexión no se ha producido debate alguno.

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