La gota ha hecho estragos entre muchos de los grandes monarcas de la historia, La sufrieron miembros de la dinastía Carolingia, Felipe II de España, Pedro de Medici, Luis XIV de Francia, Enrique VIII de Inglaterra, Maximiliano de Austria, entre otros. Por eso ha recibido, en los libros de texto, el calificativo de “enfermedad de reyes”.

La artritis gotosa es de las primeras enfermedades reconocidas en la historia de la medicina. Fue identificada por los egipcios en el año 2460 a.C., por las crisis de podagra (del griego podos: pie, y agros: atacar), que comprometían las primeras articulaciones metatarsofalángicas.

La palabra gota fue utilizada por los médicos a partir del siglo X de nuestra era, para designar la enfermedad.

En la actualidad, un estudio que comparó cifras de la prevalencia de la enfermedad en Nueva Zelanda e Inglaterra, encontró que los casos de gota se han duplicado en los últimos diez años.

La gota es una forma de artritis inflamatoria que ocurre cuando se acumulan cristales de urato (ácido úrico) en las articulaciones, tejidos blandos y riñones, causado por el exceso de ácido úrico en la sangre.

La gota está vinculada a la obesidad, al consumo excesivo de alcohol y la mala dieta que incluye demasiada carne de res, venado o jabalí, mariscos y pescado con un alto contenido de sustancias químicas llamadas purinas. Algunos medicamentos, como los diuréticos, también pueden provocar la gota.

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