El rubidio es un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo es el Rb y su número atómico es 37.

Es un metal alcalino, reactivo, ligero y de bajo punto de fusión. Es el primer metal alcalino del grupo que tiene una densidad superior a la del agua, por lo que se hunde, a diferencia de los metales que están por encima de él en el grupo.

La mayor parte de los usos de rubidio metálico y de sus compuestos son los mismos que los del cesio y sus compuestos. El metal se utiliza en la manufactura de tubos de electrones, y las sales en la producción de vidrio y cerámica.

Es un elemento bastante abundante en la corteza terrestre y está presente hasta en 310 partes por millón (ppm). Por su abundancia ocupa un lugar justamente por debajo del carbono y el cloro y por encima del flúor y del estroncio. El agua de mar contiene 0.2 ppm de rubidio, concentración que (aunque baja) es el doble de la concentración de litio. El rubidio es semejante al cesio y al litio en que está integrado en minerales complejos; no se encuentra en la naturaleza como sales simples de halogenuros, como ocurre con el sodio y el potasio.

Los químicos alemanes Robert Bunsen y Gustav Kirchhoff descubrieron el rubidio en 1861 mediante la técnica recién desarrollada, espectroscopia de llama. El nombre proviene de la palabra en latín 'rubidus', que significa «rojo intenso», el color de su espectro de emisión.

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