La Motilla del Azuer, situado en España, constituye el yacimiento más representativo de la Edad del Bronce. Está ubicado en La Mancha, dentro de una tipología de asentamientos únicos en la Prehistoria.

Éstas reciben su nombre porque forman una elevación artificial dentro de un espacio circundante eminentemente llano. Además se consideran monumentos excepcionales por su riqueza científica y por su escasez en número.

Se encuentra emplazado en la vega del río homónimo, controlando y explotando un territorio que permitía el acceso a recursos productivos básicos, como tierras potencialmente óptimas desde el punto de vista agropecuario y abastecimiento de agua.

El paisaje estaba constituido por encinas, quejigos, robles y jaras, alternándose con campos de cultivo o espacios abiertos.

Entre la fauna presente abundaban los ciervos, jabalíes, liebres y conejos. Se ha documentado también la presencia de carnívoros como el lince, gato montés y zorro.

Las actuaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento han permitido delimitar dos espacios diferenciados.

El primero de ellos corresponde a un recinto interior fortificado, integrado por una serie de murallas concéntricas en torno a una torre central cuadrangular, que protegía un conjunto de estructuras.

El otro elemento destaca los grandes silos de almacenaje, con una capacidad en torno a los 6 m³, donde se conservaban productos como cereales, entre los que se encuentran diferentes tipos de trigo y cebada.

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