En la mitología romana Minerva es la diosa de la sabiduría. Sin embargo, también se cree de ella que era la diosa del comercio, las artes y la guerra. Además, los dominios de Minerva incluían la medicina, la poesía y la artesanía. De hecho, Minerva reinaba sobre tantos aspectos diferentes de la vida que el poeta Ovidio se refirió a ella como ‘la diosa de las mil obras’. Se corresponde con Atenea en la mitología griega.

Respecto de sus orígenes, Minerva era hija de Júpiter, la deidad suprema de los romanos. Según cuenta la leyenda, Júpiter se tragó a Metis, la diosa de la Prudencia, tras embarazarla y recordar la profecía de que su propio hijo lo derrocaría. Inmediatamente sintió un agudo dolor de cabeza por lo cual fue en búsqueda de soluciones a Vulcano, dios del fuego y los metales, quien decidió directamente abrirle la cabeza de un hachazo, e increíblemente apareció Minerva, quien se presentaba armada y dueña de una edad que le permitió ser el brazo derecho de su padre en la Gigantomaquía, la guerra contra los gigantes, distinguiéndose muy especialmente por su valentía.

A Minerva se la ha encontrado acompañando en sus viajes a Ulises, ayudando a las hijas de Pandora respecto de los trabajos que más convienen a las mujeres, representando flores y combates en productos de tapicería, o construyendo la nave de los argonautas, entre otras leyendas.

La adoración de Minerva estuvo muy extendida por toda Italia.

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