Abebe Bikila (1932-1973) fue un atleta etíope, dos veces ganador de la maratón olímpica. ​Su gran mérito fue lograr el primer oro para África en unos Juegos Olímpicos de Roma al ganar descalzo la maratón batiendo el récord del mundo y repetir victoria cuatro años más tarde en Tokio.

Bikila demostró que el continente negro estaba capacitado para ponerse a la altura de occidente, no sólo a través de sus revoluciones que estaban llevando a cabo sus independencias, sino también a través del deporte.

Y lo hizo en un país que, bajo el régimen de Mussolini, había sido el opresor de su pueblo. Bikila comenzó a correr más bien tarde, pero nunca pensó en dedicarse a ello hasta que vio a unos compatriotas desfilar por el Palacio del emperador Haile Selassie I con la equipación oficial de su país.

Eras los atletas etíopes que había participado el Melbourne'56. A un miembro de la Guardia Imperial como él eso de defender a su pueblo con el simple esfuerzo de sus piernas le atraía mucho.

Todo el mundo se quedó impresionado viendo a un atleta correr descalzo al tiempo que pensaban que así no iba a llegar a ninguna parte. Pero lo cierto es que llegó muy lejos. Bikila se destacó muy pronto sobre el empedrado romano y junto con el marroquí Rhadi Ben Abdesselam, el gran favorito, llegaron hasta los últimos 3 km.

Cuando ambos pasaron junto al obelisco de Axum, expropiado a los etíopes, Abebe apretó para llegar solo a la meta estableciendo una nueva plusmarca mundial de 2h15:16.

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