¿Qué concilio dio origen a la Primera Cruzada a Tierra Santa?
El Concilio de Clermont fue un concilio de eclesiásticos y laicos de la Iglesia católica que tuvo lugar en noviembre de 1095 y que desencadenó la Primera Cruzada. Fue proclamada por Urbano II.
Unos 300 clérigos se reunieron en concilio en la localidad francesa de Clermont. Sobre la mesa estaba, entre otras cuestiones, una petición del emperador bizantino Alejo I Comneno, que solicitaba ayuda militar contra los selyúcidas que amenazaban su imperio.
El papa Urbano II, que presidía el concilio, lo cerró con un impetuoso discurso en el que exhortaba a los monarcas europeos a acudir en ayuda de sus “hermanos cristianos de oriente”, así como a hacer la guerra a los gobernantes musulmanes que tenían en su poder Tierra Santa y a liberar de su dominio los Santos Lugares en los que había transcurrido la vida de Jesucristo. Según la tradición, terminó el discurso con la frase que se convertiría en el grito de guerra de las Cruzadas: “Deus vult!”, "¡Dios lo quiere".
Prometió a todos los que se unieran el perdón de los pecados, que sus bienes se pondrían bajo la protección de la iglesia, siendo el responsable el obispo local, que se los devolvería intactos cuando volvieran de Tierra Santa. También decidió que todo el que asistiera a esta Guerra Santa, se colocará una cruz de tela roja en el hombro de su sobreveste.
Todo el que abrazara la cruz debía hacer voto de ir a Jerusalén. Si alguno se volvía antes de llegar o después de comprometerse se negaba a ir sería excomulgado.
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