Los toreros utilizan tradicionalmente una capa roja, conocida como "muleta", durante las corridas de toros. Curiosamente, el color rojo no provoca a los toros, ya que son daltónicos al rojo. En realidad, es el movimiento de la capa lo que desencadena su embestida.

La elección del color rojo tiene más que ver con la tradición y el simbolismo que con la reacción del toro. El rojo es un color que históricamente se ha asociado con la pasión, el peligro y la emoción, elementos que están profundamente arraigados en la cultura de las corridas de toros. Además, el rojo ayuda a disimular las manchas de sangre que pueden aparecer durante la lidia, haciendo que el espectáculo sea menos impactante visualmente para el público.

La muleta es una herramienta esencial en la tauromaquia, y su manejo requiere gran habilidad y precisión. Los movimientos del torero con la muleta son una parte crucial del espectáculo, ya que demuestran el control y la destreza del torero frente al toro. Aunque el color rojo es icónico, es el arte del torero lo que realmente captura la atención del público y del toro.