En la mitología griega, la guerra de Troya fue un conflicto bélico en el que se enfrentaron una coalición de ejércitos aqueos (griegos), contra la ciudad de Troya (también llamada Ilión y ubicada en Asia Menor) y sus aliados.

Según Homero, se trataría de una expedición de castigo por parte de los aqueos, cuyo motivo de guerra habría sido el rapto (o fuga) de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya. Para el historiador griego Heródoto fue la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos.

Agamenón, rey de Micenas y hermano de Menelao, el marido de Elena, dirigió una expedición de tropas a Troya.

El asedio a Troya duró diez años. Los griegos idearon una artimaña, un gran caballo de madera hueco. Fue construido por Epeo y lo ocuparon soldados griegos encabezados por Odiseo. El resto de la armada griega fingió partir y un espía griego, Sinón, convenció a los troyanos de que el caballo era una ofrenda a Atenea. Los troyanos introdujeron el caballo en la ciudad e hicieron una gran celebración y, cuando los griegos salieron del caballo, la ciudad entera estaba bajo el sueño de la bebida. Los guerreros griegos abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada al resto de las tropas y fue saqueada sin piedad alguna.

En tiempos modernos, tanto la guerra como la ciudad eran consideradas mitológicas. Sin embargo hoy en día se debate sobre la veracidad de los dichos de Homero.

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