La segunda guerra de la Independencia italiana, también llamada la guerra franco-austríaca, la guerra austro-sarda o la guerra italiana de 1859,​ fue librada entre el Segundo Imperio francés y el Reino de Cerdeña contra el Imperio austríaco en 1859 y jugó un papel crucial en el proceso de la unificación de Italia.

El Tratado de Turín, celebrado entre Francia y Piamonte-Cerdeña el 24 de marzo 1860 fue el instrumento mediante el cual el Ducado de Saboya y el Condado de Niza fueron anexadas a Francia, así como Cerdeña se anexó Lombardía de Austria.

El Emperador Napoleón III de Francia y el Conde de Cavour, primer ministro del Reino de Cerdeña, se reunieron en secreto el 21 de julio de 1858. Coincidieron en que Francia apoyaría la unificación de Italia por Cerdeña, siempre que el Papa mantuviera el control de Roma. A cambio se le pidió a Cerdeña ceder el Ducado de Saboya a Francia, junto con el predominantemente de habla italiana Condado de Niza.

En abril de 1859, Austria, quejándose de que Cerdeña había sido el suministro de armas a Lombardo, declaró la guerra a Cerdeña. Las fuerzas franco-sardas derrotó a los austriacos en varias batallas: Palestro, Montebello, Magenta y Solferino.

Al año siguiente, en 1860, con la aprobación francesa y británica, los estados centrales de Italia Ducado de Parma, Ducado de Módena, Gran Ducado de Toscana y gran parte del territorio de los Estados Pontificios fueron anexados al Reino de Cerdeña completandose la Unificación de Italia.

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