La sidra es una bebida con alcohol que se produce a partir de la fermentación del jugo de manzana.

El proceso de elaboración de sidra comienza con la recolección de las manzanas. Estas frutas son trituradas con molinos, prensas o martillos y luego el mosto se clarifica mediante técnicas bioquímicas o físicas. El proceso continúa con la fermentación que, gracias a la acción de bacterias y levaduras, hace que el azúcar se convierta en alcohol. Finalmente, luego del trasiego, la sidra ya puede envasarse.

Cabe destacar que la sidra natural carece de gas. La bebida más popular, sin embargo, es la sidra gasificada. La graduación alcohólica de la sidra, por otra parte, es baja: suele situarse entre el 3% y el 8% según el tipo de sidra.

Aunque algunos autores coinciden en que la sidra era conocida por los hebreos, los egipcios y los griegos, no se ha podido probar documentalmente esta circunstancia salvo por las escrituras posteriores de autores latinos como Plinio el Viejo (23-79 d. C.), quien mencionaba bebidas hechas con peras y manzanas, y afirma que el vino de manzana «es la bebida típica del territorio».

Hoy en día se trata de una bebida extendida por todo el mundo. En Europa se produce en países como España, Portugal, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, entre otros. En América se produce en México, Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos y Canadá.

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