El avetoro debe su nombre popular a la voz del macho, semejante a un potente mugido.

El mugido, aunque como algunos autores señalan, más que mugir, el avetoro parece que bufa, tiene una particular importancia en los lugares mayoritariamente ocupados por esta especie, los humedales. En estos hábitats, generalmente situados en zonas llanas, carentes de altos que destaquen sobre el terreno, la mejor forma para hacerse notar y que otros individuos de tu misma especie sepan de tu presencia en la zona, es el sonido.

La voz del avetoro, profunda, la más grave de toda nuestra avifauna, con una frecuencia en torno a los 140 Hz, tiene todas las cualidades para la propagación a grandes distancias: potencia y largas longitudes de onda. En condiciones óptimas la llamada puede oírse a más de cuatro kilómetros de distancia.

Las llamadas de celo o de «contacto» de los machos son un profundo suspiro, similar a un mugido vacuno, con una rápida subida al principio y un descenso más lento. Se escuchan principalmente entre enero y abril, durante la época de celo.

Antes de la ciencia moderna, no se sabía cómo un pájaro como el avetoro podía producir una llamada de estas características, las tradiciones populares incluso llegaban a creer que el ave utilizaba cañas de vegetación o que producía el sonido debajo del agua. Ahora sabemos que el sonido es producido por la expulsión de aire desde el esófago con la ayuda de los poderosos músculos que lo rodean.

Más información: www.avetoro.org