El okapi (Okapia johnstoni) es uno de los mamíferos vivos más exóticos del planeta. Pertenece a la familia Giraffidae y es el animal vivo más cercano a la jirafa. Sin embargo, posee una característica muy curiosa y significativa: un manto de pelo similar al de una cebra en algunas partes de su cuerpo.

Su apariencia física le ha proclamado como el animal “mitad cebra mitad jirafa”, aunque no se trata de un animal híbrido, ya que no posee familiaridad con los Equus (familia de cebras, caballos y asnos).

Mide de 1,97 a 2,15 m de longitud; su cola, de 30 a 42 cm; mide entre 1,50 y 1,80 m de altura a la cruz y pesa de 200 a 300 kg.

Vive en las frondosas selvas del norte de la República Democrática del Congo entre los ríos Uele, Ituri y en las selvas de Aruwimi.

Son herbívoros. Se alimentan principalmente de las hojas, brotes y tallos de más de 100 especies de diferentes plantas, además comen hierbas, frutas, helechos y hongos. Varias de las especies que consumen son venenosas para otras especies.

Los okapis pueden ser animales huidizos y evasivos, por lo que los trabajos de investigación que se llevan a cabo sobre la especie suelen limitarse a recoger muestras de excrementos u otros signos que evidencien su presencia.

El okapi fue desconocido para occidente hasta 1890. Henry Morton Stanley, que exploraba las riberas del río Congo por mandato del rey de los belgas.

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