La fauna típica de los Andes son los camélidos sudamericanos que aparentemente tienen su origen en el norte del continente; sin embargo su domesticación se inició hace unos 6000 años en los Andes centrales, proceso que culmina con el pastoreo y la aparición de diversas variedades de camélidos plenamente domesticados hacia los 3500 a.c.; por lo tanto, todas o casi todas las culturas preinkásicas utilizaron camélidos para su alimentación y vestido.

Los camellos, dromedarios y camélidos sudamericanos comparten un origen común. Pertenecen a la misma familia y se distribuyen en 3 géneros (Camelus, Lama y Vicugna) y 7 especies. Los tres géneros tienen el mismo número diploide de cromosomas de 74 pares, lo que hace que exista fertilidad interespecífica entre los 3 géneros y las 7 especies.

En el caso de los camélidos sudamericanos estos cruces se pueden dar de forma artificial, pero también de forma natural al compartir hábitats comunes. Las denominaciones para los cruces entre Llama y alpaca son “huarizo” y “misti” dependiendo de cual actúe como macho. El cruce entre alpaca y vicuña se conoce como “pacovicuña”, y el cruce entre llama y guanaco se denomina “guanacollama”. Al primer híbrido entre un dromedario y un guanaco se le denominó “rama” y a los híbridos entre el camello y la llama se les denomina “cama”, aunque estos últimos no se dan de forma natural.

Todos los híbridos son fértiles y pueden cruzarse con cualquier otra especie tanto de camélidos como de camellos.

Más información: eprints.ucm.es