Las serpientes, también llamadas ofidios, son reptiles vertebrados longiformes que no tienen patas y poseen un cuerpo muy alargado.

Las serpientes tienen cuerpos muy alargados, cilíndricos y carecen de patas porque han evolucionado para reptar por el suelo (lo contrario a caminar). Su esqueleto es en un 90% una flexible columna vertebral (sin extremidades) por lo que pueden esconderse en sitios muy pequeños y pasar desapercibidas.

La piel de la serpiente está recubierta por escamas. La mayoría de las serpientes utilizan escamas de la parte ventral para desplazarse, aferrándose con ellas a las superficies. Las serpientes cambian de piel periódicamente.

Actualmente existen más de 3000 especies de serpientes en el mundo. El 20% de todas ellas -alrededor de 600 especies- son ponzoñosas y peligrosas para el ser humano, si bien las mordeduras siempre suceden por encuentros fortuitos (pisadas) o manejo inadecuado.

Algunas realizan mordeduras venenosas, como las cobras (Elapidae) y las víboras, para matar a sus presas y posteriormente ingerirlas. Otras serpientes, como las boas y pitones, matan a sus presas por constricción.

Están presentes en todos los países menos en la Antártida, Islandia, Irlanda y Nueva Zelanda. Australia es el país que conserva a las diez serpientes más venenosas de todo el planeta.

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