La mara patagónica (Dolichotis patagonum), como su nombre indica, es una especie endémica de las regiones centrales y meridionales áridas de Argentina, en particular la Patagonia, donde frecuenta pastizales abiertos.

A pesar de que se les llaman liebres, las maras son en realidad animales muy diferentes a estas. Tanto es así que los científicos las han ubicado incluso en órdenes diferentes, pues mientras las liebres y los conejos pertenecen al orden de los lagomorfos, las maras son roedores y están más cercanos a los conejillos de Indias, perteneciendo ambos a la misma familia: Caviidae.

Las maras alcanzan algo más de 80 cm de largo y pesan más de 8 kilogramos.

Estas criaturas son fuertemente monógamas. Para llegar a conquistar a la pareja, el macho debe esforzarse y perseguirla durante un largo tiempo, hasta que ésta finalmente accede. Se vuelve muy posesivo y para dar a entender su pertenencia sobre ella, el macho llega a orinarla para alertar a otros machos.

El período de gestación dura 90 días y tienen una media de dos crías por camada.

Los depredadores de las maras son los pumas, aunque es el hombre quien altera el hábitat mediante la construcción de carreteras y poblados, así como la caza furtiva.

El papel ecológico de la mara es fundamental para el correcto funcionamiento de los ecosistemas patagónicos, pues al ser herbívoros de mucha movilidad, son vitales en la distribución de las semillas a través de sus heces a través de grandes distancias.

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