Michelangelo –Miguel Ángel– Buonarroti fue uno de los artistas más brillantes de la historia de la humanidad, símbolo del Renacimiento italiano. Su influencia es sólo comparable a la de genios como Leonardo Da Vinci con el que mantuvo una intensa rivalidad en vida en pos de obtener la simpatía del papa a la hora de llevar a cabo grandes empresas en Roma y Florencia.

Su maravillosa y sobrecogedora escultura El David, realizada en mármol, mide más de cinco metros de altura y representa al rey bíblico David momentos antes de enfrentarse a Goliath. Hoy es un icono cultural de occidente y el más puro reflejo de los valores humanistas del Renacimiento.

Realizada entre 1501 y 1504 por encargo de la Opera del Duomo de la catedral de Santa María del Fiore de Florencia, fue acogida como símbolo de la República de Florencia frente a la hegemonía de sus derrocados dirigentes, los Médici, y la amenaza de los estados adyacentes, especialmente los Estados Pontificios.

El detallado conocimiento del cuerpo humano de Michelangelo, que plasmaba en sus maravillosas esculturas y pinturas, fue adquirido durante su etapa de anatomista. Miguel Ángel tenía mente de científico y ponía de relevancia la importancia del ser humano, su belleza y su poder.

Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia,​ aunque hasta 1873 estuvo ubicada en la plaza de la Señoría de la capital toscana; desde entonces en su lugar se erige una copia realizada también en mármol blanco.

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