¿Por qué vemos siempre la misma cara de la Luna mientras que la otra permanece oculta?
La Luna tarda lo mismo en dar una vuelta sobre sí misma, movimiento de rotación, que en dar una vuelta alrededor de la Tierra, movimiento de traslación. Así que cada vez que gira un poco sobre su eje, también se traslada un poco alrededor nuestro, de manera que nos muestra siempre la misma cara.
Tarda 28 días en dar una vuelta alrededor de la Tierra y otros 28 días en dar un giro sobre sí misma. De no ser así nos mostraría más del 59% de su superficie como hace actualmente. El resto permaneció oculta para la humanidad hasta que la sonda soviética Lunik 3 la fotografió por primera vez el 10 de octubre de 1959.
La mayoría de los satélites del Sistema Solar sufren este mismo efecto. Se dice que está desgirado. Aunque en un origen la Luna poseyera una rotación diferencial, la fuerza gravitatoria que opera entre ambos astros ha acabado anclando gravitacionalmente a la Luna en su posición actual.
En el espacio, los cuerpos se atraen unos a otros con sus fuerzas gravitatorias. Es conocido el efecto que la fuerza gravitatoria de la Luna causa en los mares, y que no es otro que las mareas. Pues bien, al contrario ocurre lo mismo y en mayor proporción, ya que la masa de la Tierra es muy superior a la del satélite.
Las fuerzas deformadoras van frenando los movimientos rotacionales de ambos astros y el efecto visible es que la rotación de la Luna se ha acompasado a la traslación al adecuarse al giro de la Tierra. Lo que se conoce como efecto gradiente gravitatorio.
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