Venus es el segundo planeta del sistema solar en orden de distancia desde el Sol, el sexto en cuanto a tamaño, ordenados de mayor a menor. Al igual que Mercurio, carece de satélites naturales. Posee el día más largo del Sistema Solar, 243 días terrestres.

La distancia al Sol es un factor determinante para la temperatura de un determinado planeta, pero no es el único. Mercurio está a tan solo 58 millones de kilómetros del Sol mientras que Venus está a 261 millones de kilómetros.

De día su temperatura puede alcanzar los 426° C, mientras que a la noche puede llegar a los -173° C, sin dudas la mayor amplitud térmica del sistema solar. Por otro lado, Mercurio se caracteriza por poseer una atmósfera muy tenue, casi imperceptible.

Venus, estando casi dos veces más lejos del Sol que Mercurio, posee una temperatura promedio de 462 °C, independientemente de la distancia a los polos. Venus es un verdadero horno cósmico.

La razón de ello es su densa atmósfera, compuesta principalmente de dióxido de carbono, el cual genera una enorme presión y "atrapa" el calor.

El efecto invernadero también ocurre en Venus, pero a mayor escala, a una presión que es casi 91 superior a la de la Tierra. La radiación del Sol es absorbida por la atmósfera del planeta, en especial la radiación infrarroja, la cual es atrapada por las moléculas de dióxido de carbono, irradiándola a la superficie y repitiendo el ciclo, mimetizando al mencionado efecto invernadero.

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