Los cactus, también conocidos como cactos, son una especie vegetal perteneciente a la familia de las denominadas plantas suculentas. Este tipo de plantas son aquellas que poseen tejido vegetal carnoso y jugoso, tales como los aloes, los sedums, las yucas o los cactus.

El nombre científico de esta especie es el de cactaceae y en su gran mayoría, se trata de plantas con muchas espinas. De acuerdo a los expertos, estas espinas no son más que una forma evolucionada de las hojas de la planta. En un momento (más de 60 millones de años atrás), las especies de la familia de las cactaceae eran plantas no suculentas, pero para adaptarse al medio habrían desarrollado sus hojas simples: lo que hoy conocemos como espinas.

Las espinas proporcionan protección contra los herbívoros, proveen cierto camuflaje en algunas especies y ayudan a la conservación del agua de varias maneras. Atrapan el aire cerca de la superficie del cactus, creando una capa húmeda que reduce la evaporación y la transpiración. Pueden proporcionar algo de sombra, lo que disminuye la temperatura de la superficie del cactus, reduciendo también la pérdida de agua. Cuando hay suficiente aire húmedo, como durante la niebla o la bruma de la mañana, las espinas pueden condensar la humedad, que luego gotea sobre el suelo y es absorbida por las raíces.

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