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¿Por qué el alfil y el peón se llaman así en las piezas de ajedrez?
El ajedrez tiene su origen en la India, más concretamente en el Valle del Indo, y data del siglo VI d.C. Originalmente conocido como Chaturanga, o juego del ejército, se difundió rápidamente por las rutas comerciales, llegó a Persia, y desde allí al Imperio bizantino, extendiéndose posteriormente por toda Asia.
Llamado "juego-ciencia", nació como representación de una batalla, partiendo de esta base se deduce que el rey, la reina, las torres con sus formas típicas de un fuerte y los caballos tengan esos respectivos nombres.
No es casual, que en nuestro idioma se llame "caballeros" a los que luchaban por el monarca, ya que indica que lo hacían como jinetes, a caballo.
El alfil y los peones son otra historia. La palabra "alfil" nos llega del árabe y significa con precisión idiomática "elefante", otro vocablo similar, también arábico "alfiler", evoca justamente los colmillos en punta de los paquidermos.
En los orígenes del ajedrez el elefante era el equivalente actual a un tanque o carro de batalla y eso es lo que representa en el tablero. Era un elemento de poder.
Cuando el juego pasa a Europa, donde los elefantes no eran precisamente algo muy habitual, la pieza pasa a representar otro símbolo de poder en el Viejo Mundo, el clero, y dentro de él, a una autoridad, el obispo. Pero sigue siendo un alfil, aún en Occidente.
En cuanto al peón, la palabra nos llega del latín y su raíz es "pedrestre", es decir "el que va a pie", caminando como la infantería del ajedrez.
Más información:
ajedrez.pro
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