Los camaleones son una familia de reptiles escamosos. Tienen células pigmentarias especializadas en varias capas de la dermis, bajo su epidermis externa y transparente: cromatóforos, contienen pigmentos amarillos y rojos y los guanóforos que contienen una sustancia cristalina e incolora, la guanina

Los camaleones no cambian de color para camuflarse con el entorno, sino que sus variaciones de color obedecen a una forma de comunicarse con sus congéneres. Si dos machos se encuentran, el que enseña los colores más vivos y brillantes será el individuo dominante.

Algo parecido ocurre con los colores de las hembras. Si su piel adquiere colores radiantes, le está indicando al macho que no está por la labor de aparearse.

Los cambios de tonalidad también son una manera de adaptarse al frío y al calor. Así, en Sudáfrica y Namibia, los camaleones adquieren un color oscuro a primera hora de la mañana para absorber más calor. En cambio, a medida que sube la temperatura, muestran un color claro para reflejar los rayos del sol.

Para camuflarse, más que el color utilizan la lentitud. Se desplazan de manera lentísima y así pasan desapercibidos. Ser lento no es una desventaja para cazar.

Dentro de su boca, guardan enrollada una lengua que mide el doble de su cuerpo y cuando la lanzan contra una presa no suelen fallar por dos razones: la saliva es extremadamente pegajosa y los ojos se mueven y enfocan de forma independiente, lo que le permite calcular la distancia con precisión.

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