El Tratado de Nankín fue un tratado de paz entre el Imperio británico y la Dinastía Qing que marcó el final de la Primera Guerra del Opio. Por el Artículo III, el gobierno chino le cedió la isla de Hong Kong a perpetuidad a los británicos. Henry Pottinger fue su primer gobernador.

Tras la derrota de China en la guerra, los representantes del Imperio británico y de la China de Qing negociaron los términos a bordo del navío de guerra británico HMS Cornwallis, en aguas de la ciudad de Nankín. El 29 de agosto de 1842, se firmó el tratado que consistía en 13 artículos que fueron ratificados tanto por la reina Victoria como por el emperador Daoguang 10 meses después.

El tratado fue muy ventajoso para el Imperio británico, ya que podía comerciar libremente con China, con aranceles muy bajos. Este tratado fue el primero de una serie de tratados durante el Siglo XIX entre China y las naciones europeas a los que se conoce como "Tratados Desiguales".

Uno de los aspectos más peculiares del tratado fue la cesión colonial de Hong Kong. En 1860, la colonia se amplió con la anexión de la península de Kowloon y en 1898, la Convención de Pekín se los arrendó durante 99 años.

En 1984, los gobiernos del Reino Unido y de la República Popular China firmaron la Declaración Conjunta Chino-Británica sobre la cuestión de Hong Kong, por la cual todos los territorios cedidos serían devueltos a la República Popular China el 1 de julio de 1997, como en efecto sucedió.

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