El robot Zora es esencial para un experimento en Francia y tiene como objetivo cambiar el cuidado de los pacientes de la tercera edad.

Cuando Zora llegó al hospital Jouarre, un hogar de ancianos ubicado a una hora de París, muchos pacientes sintieron un vínculo emocional con él, y lo trataban como un bebé, lo cargaban, lo arrullaban y besaban su cabeza.

Zora les ofrece compañía y cuidado en un lugar donde la vida suele ser muy solitaria. Las familias no pueden visitarlos mucho y los empleados tienen muchas cosas que hacer. Los pacientes del hospital tienen demencia y otros padecimientos que requieren cuidados las 24 horas del día.

El robot que tiene un costo de 18 000 dólares, es controlado por un enfermero del hospital que lo maneja mediante un ordenador portátil, el cual procura no estar a la vista para que los pacientes no sepan que él lo controla.

El robot dirige sesiones de ejercicios y propone juegos. Puede sostener una conversación porque el enfermero teclea palabras en el ordenar portátil y que el robot pronuncia después. Algunos pacientes se refieren a Zora como ella, otros como él. Zora no proporciona medicamentos, no toma la presión y no cambia sábanas.

La experiencia en Jouarre proporciona un panorama del futuro, cuando dependamos más de los robots y que ayuden en forma más efectiva a nuestros seres queridos.

ZoraBots, la empresa con sede en Bélgica que fabrica el robot usado en Jouarre, dice que ha vendido más de mil unidades en todo el mundo.

Más información: www.nytimes.com