La pata de conejo es un popular amuleto, empleado desde hace siglos en la cultura occidental. De hecho, está considerada junto a la herradura y al trébol de cuatro hojas como una de las supersticiones más antiguas que aún perduran en la actualidad, pues se calcula que sus orígenes rondan al 600 a. C.

La pata de los conejos pasó por diversas culturas alrededor de todo el mundo, en tiempos antiguos como en el totemismo simbolizaba la fertilidad, la abundante cosecha. Para los celtas representó la conexión entre los vivos y los muertos por que pasaban mucho tiempo bajo tierra, dándoles a creer que podían comunicarse con dioses y entidades. Se los consideraba como animales protectores y lo dibujaban los guerreros antes de ir a la batalla, y en el Imperio Azteca se veneraban los poderes curativos que tenía este animal.

El amuleto llegó a ser incluso mágico, tanto que muchos de los reyes de Europa regalaban a sus hijos a nietos este amuleto para protegerlos de cualquier mal. Llegó a ser tanta la popularidad que los nobles usaban la pata de conejo hasta para maquillarse, usándose como una especie de brochas, costumbre que se mantiene en estos días.

Se dice que para que la pata funcione y te traiga buena suerte tiene que ser la pata izquierda del animal, pero antes tiene que haber sido un animal que no esté enfermo y se haya muerto de causas naturales en una noche de luna llena. También se debe portar en el bolsillo izquierdo, entre otros requisitos.

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